Científicos tailandeses y Darpa (órgano especializado del Departamento de Defensa de EE.UU), están revolucionando el hormigón, brindándole propiedades autorreparativas.
La modificación consiste en añadir al hormigón residuos de caña de azúcar junto a bacterias para sellar grietas de forma eficiente.
De acuerdo a los expertos, este material puede sellar grietas de hasta 0,8mm en tan solo 15 días, al mismo tiempo que reduce el mantenimiento de hormigón y aprovecha residuos industriales.
Además, presenta otro tipo de beneficios, como lo es que es 10% más ligero que el cemento tradicional, mejora considerablemente la sostenibilidad en la construcción y reduce el impacto ambiental.
Por otro lado, investigadores de la Universidad de Drexel, Pensilvania en Estados Unidos, también están creando otra versión de este material que consiste en incorporar al hormigón bacterias en fibras de polímero que al activarse, generan un material que repara las fisuras en días.
Cabe destacar que ambos enfoques buscan prolongar la vida útil del hormigón, reducir su mantenimiento y hacer la construcción más sostenible y respetuosa con el medioambiente.