El 2022 fue un año difícil para el mercado inmobiliario, con una disminución en la comercialización de viviendas nuevas que afectó a diversos actores. Ahora se espera que el sector registre un repunte especialmente hacia la segunda mitad de 2023, impulsado por la estabilización del flujo de ventas durante estos primeros meses.
El año pasado se tuvo una baja en la venta de viviendas nuevas que en algunos trimestres bordeó el -40% versus los mismos periodos de 2021, incluso más bajo que en plena pandemia.
Durante los primeros trimestres del 2023 es posible que se mantenga una tónica similar al año anterior, aunque en los comparativos no veremos las mismas diferencias observadas entre 2022 y 2021. Por eso, debiera existir una estabilización del flujo de ventas en torno a 5.000 unidades mensuales en la Región Metropolitana y 9.500 a nivel nacional.
Esta recuperación se verá reflejada en el control paulatino de la inflación, que dará respiro al alza importante que ha tenido la UF y que ha impactado directamente en los dividendos mensuales. Se ha observado una recomposición del mercado de capitales, lo que ha permitido que las tasas hipotecarias se mantienen estables durante los últimos 12 meses.
Se espera que la ley que crea un Fondo de Garantías Especiales (Fogaes) impulse el mercado inmobiliario para facilitar el acceso a créditos hipotecarios tanto a familias que quieren comprar su primera vivienda, como a las empresas de la construcción que necesitan financiamiento para dar continuidad a sus proyectos habitacionales.
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