El sector inmobiliario se enfrenta al desafío de ser sostenible en un mundo cada vez más urbano. De hecho, de los más de 7.800 millones de habitantes que hay en el planeta, un 55% reside en ciudades con más de 300.000 personas. Antiguamente, en el año 1900 sólo un 13% de la población vivía en ellas. Con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades y una proyección de crecimiento poblacional hasta los 10.000 millones de personas para el año 2050, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático en el rubro, se han convertido en prioridades. Aún más, cuando se declara que las ciudades son responsables del 70% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y consumen dos tercios de la demanda de energía primaria.
En esta lucha contra la salud del planeta, el sector inmobiliario juega un papel crucial al innovar en sus procesos para establecer un modelo de construcción eficiente, respetuoso con el medio ambiente y sostenible, que contrarreste el impacto negativo de los métodos tradicionales de construcción. Según el Consejo Mundial de Edificación Sostenible en el año 2022, el sector de la construcción es responsable del 40% de las emisiones de carbono en el mundo y aproximadamente un tercio del CO2 emitido a la atmósfera.Por lo tanto, la sostenibilidad no es una moda en la industria inmobiliaria, sino una necesidad urgente.
La construcción sostenible implica la adopción de estándares que priorizan la elección adecuada de materiales, el uso eficiente de la energía y la reducción del impacto ambiental. Estos criterios son ahora requisitos demandados al adquirir una vivienda, lo que impulsa a los actores del sector inmobiliario a promover la innovación y la tecnología con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas a través de hogares que brinden bienestar y confort, al tiempo que respeten su entorno.
El aprovechamiento de energías renovables, como la generada por paneles solares o placas fotovoltaicas, la implementación de sistemas de reutilización de aguas residuales y el uso de la luz natural, conllevan a un ahorro energético y a una reducción en las facturas de consumo. Para el sector inmobiliario, la implementación de estas prácticas refuerza su compromiso con el cuidado del medio ambiente.
La utilización de nuevos materiales de construcción, como la madera y otros materiales no tóxicos, renovables y reciclables, resulta clave para reducir el impacto ambiental y las emisiones de CO2. El sector inmobiliario está evolucionando en sus técnicas de construcción al enfocarse en el aislamiento térmico y la calidad del aire, mediante el uso de techos y paredes verdes, lo que proporciona un mayor bienestar y salud a los residentes.
La obtención de certificados de sostenibilidad es otro aspecto fundamental en el desarrollo inmobiliario sostenible. Estos certificados avalan que las empresas del sector cumplen con criterios y estándares internacionales de construcción sostenible, lo que mejora el valor futuro de las propiedades y genera plusvalía para los propietarios.
La sostenibilidad en la industria inmobiliaria será una pieza clave en el futuro cercano, y aquellas empresas que sean conscientes de su importancia e implementen avances innovadores y renovadores serán las que aprovechen sus ventajas.